CRONICA DEL NACIONAL DE TRIATLON : RAMIRO MENDEZ

A continuacion pido que se lea la siguiente cronica de mi amigo Ramiro Mendez ( alias "cholo") que pinta exactamente lo que es un Triatlon Nacional , todo lo anotado es real Notese , dos puntos 1.- la pesima organizacion y 2.- el entusiasmo y la adiccion a la adrenalina del participante que no merece ser tratado como lo fue . Digno representante Senior de La Paz y me consta el sacrificio fisico que lleva a cabo y doy un fuerte abrazo al teson y a la pasion deportiva que nos une

Felicidades cholin

jlss




Crónica del Nacional de Triatlón
Marzo 20 y 21 de 2010 – Cochabamba

A pedido de mi amigo Jósete, digno capitán de triatlón del Club Médico y del Club de La Paz (en adelante El Club), a continuación hago el relato del evento de referencia.


Lunes 11 de enero:
En esa fecha me comuniqué con Julio Gandarillas (el de las guindillas como dice el Jósete), pues me enteré que estaba como cabeza de la Asociación Paceña de Triatlón y como sabía que por allá las cosas no habían ido tan bien que digamos, había que ser insistentes en el tema de información. Insistí con un e-mail para que nos den el cronograma de eventos para este año.
Sábado 6 de marzo:
Como es costumbre ya familiar, ese sábado fuimos a nadar con los chamacos (Andrés y Juan Manuel) al Club de La Paz, donde se me acercó Germán (encargado de las instalaciones) para pedirme algunos consejos pues su hijo José (este si se escribe bien) había sido seleccionado en las clasificatorias llevadas a cabo en el ColMil una semana antes, para participar en el Nacional de Triatlón en Cochabamba ¡la semana siguiente!
Obviamente ya era muy tarde para entrenar pues lo mínimo que se necesitaba para ponerse algo en forma eran 2 semanas: una de rutina forzada + ½ de rutina de simulación + ½ de descanso completo. Además de eso, las clases que di en la maestría las dos semanas previas me habían impedido sostener mi rutina cotidiana.
Domingo 7 de marzo:
Resignado y esperando que la temperatura del enojo vaya bajando para hacer una llamada de putazo al de las guindillas, me fui a nadar al Club y a darle una mano a José, le llevé unos lentes, una malla de ciclismo y los consejos recopilados en mi cabeza.
Ojo que noche antes, muy alarmado, comuniqué la situación al mencionado Capitán de Triatlón para que sacando cara por nosotros, poniendo el pecho a las balas, haciendo respetar nuestra condición de promotores de esta disciplina, vaya y ponga las cosas en orden aún a costa de romper algunas guindillas, cosa que obviamente iba a suceder tarde o temprano como podrá comprobarse más adelante.
Inesperadamente ese domingo, al dar los implementos y consejos a José, me entró nuevamente la esperanza de participar, más aún por las ganas de no dar gusto a los que no nos convocaron, pues me enteré que la fecha del evento era el 20 y 21 de marzo: ¡habían las dos semanas mínimas para el entrenamiento!
Semana del 8 al 15 de marzo:
Retornadas las esperanzas de participación, era urgente ponerse en acción. Primera cosa: avisar al Capitán Jósete y a otros probables interesados, segunda cosa: planificación del entrenamiento y solucionar la disponibilidad de dos bicicletas ya que la campeona Peugeot estaba con el cuadro roto.
Armé una rutina de entrenamiento bastante exigente, misma que cumplí en un 90% para no llegar un agotamiento contraproducente. Respecto a la bicicleta, siguiendo la recomendación del Don. Cayo Toro, fue soldada donde el afamado “cachuchas” (Bs 100 el chistesito), para reforzar la estructura era necesario conseguir un tubo de sillín inusualmente largo, que con mucha suerte conseguí el domingo en el alto (subí pedaleando por Achocalla).
El tema de las bicis estaba resuelto, había las ganas de viajar a la competencia y todo estaba sujeto a que la categoría Senior se corriera el domingo 21 pues el Jósete era padrino de un bautizo el sábado: lastimosamente la categoría estaba programada para el sábado 20 a hrs. 8:00: ¡que hue…, el Jóse no podía viajar!
Lo que si sucedió es que “el de las guindillas” recibió un severo llamado de atención por parte del Capitán, confirmó la inscripción y aceptó hacerse cargo del traslado delas bicis.
Viernes 19 de marzo:
Maravilloso día, pues mis wawas y la Kati me hicieron un festejo espectacular por el día del padre. Por tal motivo yo había pedido vacación por el día, además con la intención de salir hacia Cocha a las 16:00.
Sin embargo me había despertado con dudas de viajar o no. Como a veces uno inconscientemente hace, lo dejé casi al azar: no viajaría si la distancia a correr era super-sprint, como en el anterior nacional de La Paz. Llamé a la gente de la Asociación y me confirmaron que era la distancia Sprint (0.75 Km natación + 20 Km ciclismo + 5 Km trote), es decir que ya no tenía el autopretexto que me había impuesto.
Después de pasar el día con la familia, llegué a la terminal de buses a las 16:40 y compré pasaje para la flota que salía a las 17:30. En ese momento me di cuenta que fue un error salir tan tempano pues la llegada a Cbba estaba programa para “media noche” y el trámite de conseguir movilidad, hotel, acomodare y conciliar el sueño, frente a tomar un el bus cama de las 23:30, dormir las 7 horas del viaje y llegar directamente al estadio, era mucho más conveniente. Bueno, el pasaje estaba comprado, la bicicleta embarcada y no había vuelta atrás.
Recibí una última recomendación del Capitán (comer almendras) y tome el bus que salió con 15 min de retraso. Como siempre hay que esperar “sorpresitas”, el conductor comenzó a recoger gente en el camino y en El alto paramos como ½ hora para lo mismo. Durante el viaje pude dormir algo y aparte del sobresalto de Caracollo (la flota casi me deja) el viaje fue cómodo (bus semi-cama).
Sábado 20 de marzo:
Llegué a Cocha a las 2:30, saqué la bicicleta (que estaba debajo de un montón de cajones pero gracias a Dios la envolví en trapos) y después de darles un “plumazo” tomé un taxi al hotel que el capitán me había recomendado el Capitán.
El hotel estaba cerrado y no abrió ni tocando el timbre, la puerta ni el celular que ponían en un letrero. Al frente había otro hotel pero el precio me sacaba de presupuesto, el encargado me indicó dónde conseguir alojamiento más barato. Nos dirigimos allá, era una residencia donde tomé una pieza con baño que resultó estar en el primer piso pero por suerte no estaba lista y me cambiaron a otra del tercer piso, más alejada del ruido del tráfico y de eventuales ladridos o aullidos de perros que en una ocasión habían interrumpido el sueño.
El entra a esa residencial había notado algunas señales que decían que no era un lugar común, lo que confirmé minutos más tarde ya que de tanto en tanto entraban parejas, algunas bulliciosas y haciéndose chistes obscenos y otras de manera furtiva: era una alojamiento para parejas tipo motel.
Antes de dormirme, armé la bici, puse el despertador y alisté las cosas para salir temprano; a las 3:30, entre bulla y aullidos (no eran de perros), logré dormirme.
Me desperté a las 6:50, y tal como estaba planificado tomé un refresco, un pequeño pastel de digestión rápita y un plátano: como la competencia para Seniors estaba programada para las ocho y considerando los acostumbrados atrasos, calculaba que se llevaría a cabo a las 9 o 9:30, era el tiempo correcto para una digestión completa para asimilar los nutrientes y estar con las energías en su punto.
Llegué al estadio de Cala Cala pedaleando muy suavemente unas 10 cuadras, en la puerta vi bicicletas y unos cadetes tomando desayuno en un kiosco, me acerqué a ellos y….. sorpresaaa… la competencia se había postergado para la tarde porque las piscina no estaba lista, cosa muy poco creíble. Me indicaron dónde estaban alojadas as delegaciones y que el acostumbrado congresillo se llevaría a cabo a las 8:20.
Estaba muy molesto, pensé en regresar a La Paz ese momento pero Kati me animó a quedarme pues estaba ya en Cbba.
Luego de pedalear unos 15 minutos, llegué al coliseo donde estaban alojadas las delegaciones, me recibieron 2 amistosas mamás y una hermana de los competidores, su actitud hizo que me cuestione por qué tenía que tomar el tema tan a pecho si las cosas así nomas son en nuestra Bolivia, también tuve “el gusto” de conocer al Sr. Julio Guindillas, le dije que deseaba mucho conocerlo y entendió perfectamente la indirecta pues comenzó a darme explicaciones de su informalidad – puras zonceras.
Pasaron las 9, las 10, las 11 y no se llevaba a cabo el congresillo, me enteré de casualidad que lo estaban haciendo a unas dos cuadras, fui a pié y me encontré a todos los dirigentes y entrenadores (estos últimos también con el disgusto encima) reunidos en una mesa tratando temas de organización que en cualquier lugar medianamente serio, debería tenerse días antes. Conclusión: no hubo congresillo, se acabaron de organizar las cosas a las patadas, la distancia para seniors era super-sprint y los dirigentes concluyeron con un enfático “comenzamos a la una de la tarde, ni un minuto más, el que se atrasa, se atrasa”: Dios mío, de pronto se habían convertido en gente muy seria, decidida y metódica – la realidad: se comenzó a una hora más tarde.
Volviendo al tema de prepararse para la carrera, y dado que las horas avanzaban y que la competencia iba a comenzar como reloj a las 13:00, procedí a comer un par de salteñas (obviamente no era el alimento más aconsejable) y un par de plátanos, todo esto mientras veía la payasesca función de la organización.
Terminada la reunión de dirigentes y entrenadores, me dirigía a pié a recoger la Peugeot, partimos en caravana es en ese momento en que apareció la comitiva tarijeña en pleno, numerosa, cohesionada, bien organizada y con gran espíritu.
Fuimos pedaleando hasta la piscina “Los Delfines”, al comenzar el camino alguien preguntó si estábamos todos los de La Paz y si sabían lo del cambio de lugar de la competencia, a lo que uno de nuestros dirigentes respondió: ha, no sé, si se pierden es porque no preguntan pues! Minutos antes había visto como las otras delegaciones eran detalladamente informadas.
Las 10 cuadras del coliseo a la piscina fueron tortuosas ya que decidí ir detrás de toda la comitiva pues había niños que vigilar, particularmente una pequeña que apenas controlaba su rutera y que tuvo varios percances en el camino, uno de los dirigentes me acompañó.
Los Delfines tenían instalaciones muy buenas y con todas las comodidades, el agua a unos 29° y aceptablemente clara. Mi categoría era la tercera en iniciar, así que comencé a calentar a la largada de la segunda tanda, aparecieron unos cochalas y obviamente los tarijeños con los que me había enfrentado el pasado año en La Paz – eran los de más cuidado.
Natación:
Más o menos a las tres de la tarde dieron la partida a mi categoría, compartí el carril con dos tarijeños que parecían de buena onda aunque siempre guardando posiciones pues éramos rivales, y una muchacha de una categoría menor con la que largamos. Siendo 4 en el carril, concertamos en que saldría primero el más veloz, les dije que en el agua no era muy rápido y así salieron los dos tarijeños primero, yo salí tercero y la muchachita cuarta: las posiciones se mantuvieron así durante los 8 toques de la competencia de natación.
T1:
Saliendo del agua sabía que me llevaban bastante distancia ya que los dos primeros me llevaban más de una vuelta, la mayoría de los otros de mi categoría también ya habían salido.
La transición 1 fue bastante rápida, mis cosas estaban listas y en su lugar, dejé mis lentes y mi gorro encargados a una de las jueces cochalitas acordándome de la pérdida de mis Speedo en el Automóvil. La Peugeot me esperaba “echadita” en la calle, la monté, la desmonté a instrucción de los jueces pues era zona de transición y pasando la línea demarcatoria monté y comencé a pedalear vigorosamente – mi respiración ya se había estabilizado y mis piernas estaban calientes de la natación con fuerza.
Ciclismo:
La ruta de ciclismo era en un tramo de 5 cuadras ida y vuelta en la Av. América, las primeras con una ligera pendiente de subida y las otras en las que podías embalar hasta llegar a la curva de regreso con el asfalto bastante irregular en el que en la primera pasada casi pierdo el control.
Eran 10 vueltas y durante el recorrido pasé a muchos competidores, incluidos los de la categoría anterior, nadie me pasó hasta que en la vuelta 7, al llegar al asfalto irregular la cadena se me trancó entre el sprocket y el bastidor (estaba en la marcha más rápida 3-7). Le había dado mucha fuerza al pedal al caso terminar la curva y esto hizo imposible sacar la cadena de manera rápida, fueron unos minutos extremadamente desesperantes, el mismo público pedía a los jueces ayudarme, pes era en esa curva donde estaba el control principal, estaba ya por darme por vencido pues ya había visto de reojo la gran cantidad de competidores que me habían pasado, hice un último esfuerzo y se destrabó. Monté y comencé a pedalear, los cambios estaban en 3-7, la marcha más dura y lo peor era que me había enfriado.
Recuperé poco a poco el ritmo en la vuelta 8 y fui realmente rápido las dos últimas vueltas hasta llegar a la transición 2.
T2:
Legué embalado a la zona de transición donde la gente me preguntó de dónde era: La Paz grité y la gente ayudó a que alguien recoja mi casco y guantes; yo me llevé la botella de Gatorade para seguir hidratándome.
Trote:
Como de costumbre, los primeros metros fueron muy duro y sentía mis piernas agarrotadas y agotadas, según el plan no forcé el paso hasta sentir que mis músculos se habían soltado y acomodado al nuevo ejercicio, lo que sucedió a los doscientos cincuenta metros más o menos.
Luego del primer ½ kilómetro hallé mi ritmo y comencé a recuperar el espacio perdido. Más o menos a la mitad del recorrido comenzó un fuertísimo viento que llegaba primero con polvo y luego con una mezcla de polvo y granizo. Inicialmente fue algo incómodo a pesar que no me había quitado los lentes de ciclismo, luego refrescante, luego pesado: charcos, ropa empapada y pesada, lentes empañados.
No perdí el ritmo y vi que podía pasar al que según yo era el primero de mi categoría, era el tarijeño que nos había pulverizado en la piscina: lo logré faltando una vuelta para terminar, pasé a su lado a una buena velocidad, en realidad a una velocidad falsa pues me forcé con el propósito de disuadirlo de mantener mi ritmo y perseguirme. Di la curva y vi que mi estrategia había funcionado, el cumpa tarijeño no intentó recuperar la punta.
Terminada la tercera y última vuelta, los jueces me indicaron que ya salía, eran unos 200 metros hasta le meta: corrí los primeros 100 al 100% de mi capacidad y los últimos 100 al 110%: crucé la meta destrozado, aplaudido y feliz. Entré a acabar de descansar y exprimirme a los ambientes de la piscina y se me acercó uno de los punteros que había logrado rebasar en el ciclismo, me felicitó sacudiendo afectuosamente la mano y más con la mirada que con palabras: parecía una buena persona, debe ser un tipo peculiar pues lo había visto meditar con los ojos cerrados y en silencio antes de la competencia.
Premiación y vuelta a La Paz:
Es increíble lo reconfortante que se siente ponerse ropa limpia, tibia, seca y con buen olor después de la dura travesía. Ya en esa condición recuperé mi casco y uno de mis guantes que muy amablemente Silvia (esposa de Orlando Valdez del Tenis) había guardado. Ofrecí una recompensa de una botella grande de gaseosa a los pequeños de la delegación paceñas quienes a pesar del entusiasmo que le pusieron a la búsqueda, no lograron encontrar el guante. Qué pena, eran unos guantes Bell que había comprado en Santiago de Chile, muy buenos, pero por otro lado ya tenían sus buenos años encima.
Hasta eso ya eran más de las cinco de la tarde y me dispuse a ponerme en marcha a la terminal, me despedí de las personas de la delegación paceña que me acompañaron y alentaron y en ese momento Silvia me dijo que debería quedarme a la premiación que se iba a realizar casi de inmediato. No estaba muy animado, de todas maneras llamé a la terminal y me indicaron que ya no podía llegar a la flota que salía a La Paz y que las siguientes tipo cama saldrían a las 10:00, 10:30 y 11:00. Cualquier apura era vano, a no ser que quisiera viajar en bus convencional, y realmente quería dormir en durante el viaje. Por otra parte había decidido no volver a viajar a otro nacional por lo decepcionante de la organización así que había que aprovechar salir en la foto. Decidí quedarme a la premiación.
La premiación se hizo en un restaurant cercano, invitaron una milanesa de pollo de esas que solo se ven en Cochabamba: llegaba doblada porque desdoblada no cabía en el envase, estuvo buenísima y me sirvió para recargar energías a full. Premiaron a las categorías y a la delegación con más puntos (Tarija) y no llegaron a premiar a la categoría Senior pues en una anterior hubo un empate y entregaron dos medallas de oro. En ese momento me enteré que no había logrado pasar al primero y tenía la medalla de plata que se entregaría al día siguiente. Supuestamente me había quedado en vano, sin embargo fue un momento grato “amenizado” además por toda la historia de broncas, peleas, desacuerdos y demás rencillas entre os dirigentes departamentales, locales y entrenadores de nuestro maltrecho triatlón boliviano.
Como no había medalla, me presté una de una muchachita paceña que había sido un ejemplo de tenacidad en su categoría, para que Silvia me saque una foto, hecho esto emprendí camino a la terminal al otro extremo de la ciudad.
Llegué a La Paz a las 5 de la madrugada, había hecho un mal cálculo, la inscripción que además de no presupuestada había costado el doble, y tenía quince Bs en la billetera. Armé la bici, acomodé mi mochila y llegué a las 6:15 a mi casa, a mi cama y a los brazos de mi mujer.
En conclusión, una buena experiencia de esas que hay que vivir una vez pero no más, máximo un nacional en Oruro, aunque pensándolo bien no es bueno decir “de esta agua…”

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