NOTA AL PIE :
Aquí va un relato , cuya consigna es investigar a un personaje y mostrarlo.
Esperaría comentarios , que me harian muy feliz , feedback , que se llama ahora .....
jlss
DOMITILA : SI , LE PERMITIMOS HABLAR
Jòse Luis Sebastián Salas
-La llamaremos Domitila-dijo mi padre cuando me viò en brazos de la partera
,allá en Catavi, cerca del distrito minero Siglo XX .Era un siete de mayo del
37 . Yo lloraba por estimulo; siempre llore.
-No te olvides Domi – sentencio mi madre- cocinas el arrocito, fríes los
huevitos y les das a tus hermanos a medio día . Yo solo contaba con 10 años y esos
afanes los realizaba frecuentemente. Mi mama era palliri. Salía de los dos
cuartos donde vivíamos, a muy tempranas horas , con un frio atroz que calcinaba
la piel , a recolectar minerales que
desechaban los mineros dentro de la mina. A mi padre no lo veíamos casi nunca.
Era perforador ,y se encontraba dentro del cerro , en las entrañas del mismo,
con escaso aire y sin ventilación . Él llegaba en distintas horas a nuestra
casa -de no menos que 20 mts2 , en la que vivíamos ,todos: los 6 hermanos y mis
papas. Comía y enseguida dormía , exhausto por la jornada laborar.
Mi hermano y yo nos turnábamos para colectar agua de la pila municipal, al
final de la calle de tierra y polvo. El agua la usábamos para cocinar, bañarnos
y beberla.
Angustiantes eran los días en que llovía. Dentro de nuestra casucha, veíamos
caer goterones que salpicaban en el piso de cemento y embarraban las tres camas
en las que dormíamos todos apretados. –
“porque nos tocaría vivir esto a mí y mi familia” – pensaba cuando amainaba la
tormenta. “no hacemos mal a nadie, pero no existen personas que nos ayuden”.
-Acèpto- replique al cura de la parroquia del pueblo, cuando me pregunto
que si quería casarme con Rene Chungara . Era un buen hombre, “le di” ( como se
decía en aquel entonces) 11 hijos, cuatro de los cuales fallecieron por falta
de condiciones y de salubridad . Padecieron enfermedades curables, pero al no
tener nosotros ningún seguro médico ni medicamentos , presentaron pulmonía o diarrea , se deshidrataron y murieron.
Yo lloraba, desgarradamente. Los engendraba, los tenia conmigo por 9 meses,
bebiendo de mi sangre y de mis sentimientos. Los paria y luego de algunos años (tres
o cuatro) fallecían ante nosotros. – Que impotencia Dios mio-
- “Ahí tiene , de pollo , de carne , calientitas”gritaba a los que viandantes que pasaban por la plaza principal de Siglo
XX . Mi oficio era vender salteñas; las horneaba desde las cuatro de la mañana,
todos los días de Dios.
Sentía en mí una rebelión interna,
me la había ensañado mi padre , quien no
se contentó nunca con la explotación que sufría, él y sus compañeros mineros .
No entendió nunca que ,luego de dejar sus pulmones , trozo por trozo en charcos de sangre , eran
tan poco pagados por la empresa. La expectativa
de vida para ellos era de 35 años , ya que luego de permanecer horas y horas en
las entrañas de la mina , morían de Silicosis , dejando en la orfandad y en la
viudez a los miembros de su familia.
Cuando tuve 30 años, con el ánimo de responder a la injusticia me inscribí a una asociación del pueblo : el Comité de
amas de Casa del distrito minero Siglo XX. Tal era mi ambición por conseguir
mejoras para mis compañeras y para mi familia, que a los pocos meses yo era la
Secretaria General del Comité.
-Servite un Sucumbe – ofrecí a mi vecina , mientras observábamos la noche
estrellada en el día de San Juan .El motivo es propicio para juntarnos entre
familias ; realizar hogueras y quemar maderas y objetos inservibles , con la
esperanza,- según nuestras costumbres- , de olvidarse de lo malo y esperanzarse
en un buen devenir. Estábamos en ello , y la oscuridad se abrió a estallidos de
bombas . El sonido del chirriar de las fogatas no eran nada ante el silbeteo de
las balas que surcaban las calles y
terminaban inertes en las paredes ; algunas en las humanidades de nuestros
compañeros mineros , familiares e incluso niños. Una veintena de muertos y 70
heridos fue el saldo de esa noche trágica. Rene Barrientos, Presidente de
Bolivia aquel 24 de Junio de 1967 , ante una sospecha infundada que en los
campamentos mineros se gestaba una guerrilla parecida a la que en ese momento
realizaba el Che Guevara en Ñancahuasu , dictó la orden y grupos de militares
ingresaron a masacrar a los mineros, tratando de acallar alguna rebelión.
-Llévensela- ordenó el teniente a un par de soldados que no entendían nada;
solo obedecían. Y fui apresada, simplemente porque alguien indico que era la
Secretaria del Comité de amas de casa y por ende una amenaza, seguramente para
el Gobierno. Me llevaron a una celda en la ciudad de La Paz. Estaba embarazada.
– Yo no hice nada- gritaba, mientras me propinaban culetazos en mi abdomen-Que
quieren que les diga, si solo soy una mujer que vive en el distrito minero- y venga
nuevamente un golpe en mi rostro . – Comunista de mierda! - gritaban a tiempo
de patearme. Esa noche, la pase seminconsciente , echada en un piso helado de
cerámica. Cuando logre despertarme, sentí algo frio entre mis piernas , sin dolor
, palpe algo gomoso , fui acercándolo hacia mí ; era el cordón umbilical que
terminaba en un bebe , mi bebe , mi hijo ; muerto.
-Tiene la palabra, la compañera- dijo el dirigente de la asamblea de la
federación de mineros . Me levante ante los ojos de una gran cantidad de
compañeros varones. No estaba sola, era yo
y mis ideas . Mirándolos a los ojos de los que pude
pregunte :
: “¿Cuál es
nuestro peor enemigo, compañeros? “Unos respondieron “el capitalismo”; otros
“los patrones de la mina ”; algunos dijeron “la burguesía” o “el imperialismo”.
Yo me respondí sin bajar mirada, con voz fuerte : “No, compañeros,
nuestro peor enemigo es el miedo, y lo tenemos dentro”. Ese momento fue para mí
un inicio. Allí me di cuenta que se tenía que luchar , no con armas como pretendían
algunos : solo con ideas y con el corazón desgarrado de injusticia.
-Tenemos que
entrar en huelga de hambre, padre Lucho –le dije mirando a los ojos del
sacerdote español de la Compañía de Jesús,- lo haremos – me dijo, estamos aquí
para gastar la vida . Junto a tres compañeras mineras, en las instalaciones del
Periódico “Presencia” iniciamos el ayuno voluntario, con el único interés:
darle amnistía a los exiliados políticos que en ese entonces el gobierno de un dictador,
llamado General Banzer los tenia sufriendo en el exterior del país, sin
compartir con su familia, sin empleo , sin ilusión . Era el año 1978 –¿Qué crees?- me dijo el
padre Albo ( amigo en la huelga de hambre ) – son 1500 personas que se sumaron
a nuestra medina, en todo el país . Están cansados , que no se los oiga y por
la falta de justicia. No lo podía creer , pero era así . Con el paso de los meses,
Banzer renunció y se dieron un grupo de gobiernos que recalaron en la Democracia
del país. Me presente a las elecciones como candidata a la vicepresidencia
-Eres muy
conocida Domitila- me indicó un periodista – te han propuesto para el premio
Nobel de la Paz .Mi conocimiento cultural , no alcanzaba a entender que era
aquello . Vino a mí una imagen ,cuando siendo niña , mi padre me balanceaba en
un columpio y veía el cielo celeste , cerca de mis gastados y raidos calzados , cada vez que se elevaba mi cuerpo.
-Si me
permiten hablar – dije en una conferencia de señoras y señores muy elegantes.
Soy Domitilia Barrios de Chungara , una humilde hija de mineros , que aprendió
que donde quiera que estés puedes llevar tu voz , liderizando, teniendo la
razón como tu arma .
- Me siento
muy débil, luego de la quimioterapia – Mis hijos insisten en dármela, pero yo
solo quiero encontrarme conmigo misma en otra dimensión. Me fui.
joseconacentoenlao
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