viernes, 12 de febrero de 2021

EL ANFITEATRO

NOTA AL PIE ;   


  EL ANFITEATRO

 La noche perturbaba los sentidos de aquellos mozalbetes, estudiantes por vocación de la carrera de Medicina. Surcaban las 3 horas de la mañana y ellos, afanados en la preparación de una práctica sobre un cadáver, luchaban contra el tiempo y el cansancio. No les dio tiempo de realizarla durante el día, y tuvieron que postergar el estudio de Anatomía para esa hora, y que sin que surgiera nada improvisto, se presentarían a pocas horas después frente al obcecado y exigente Catedrático, para ofrecerle sus estudios y sobre todo mostrar la teoría aprendida en el muerto que tenían a su disposición.

 El Anfiteatro, lúgubre impregnado de formol, ofrecía una atmosfera tétrica. Las paredes grasosas, las ventanas con marcos corroídos , y sobre todo esa luz mortecina que bajaba hasta sus testas, cubría la escena, dejando a otras mesas con cadáveres a sus diestras y siniestras en una semioscuridad que ellos pasaron por alto , pero que sobresalía en el ambiente cargado de humedad malsana .El silencio de la noche burlaba a la escasa conversación de los compañeros, que entre momentos consultaban textos para dirigir sus pinzas , estiletes , bisturís ,enfrascados en seccionar tejido cutáneo y limpiando nervios, arterias, venas y localizando recovecos que, cual búsqueda del tesoro identificaban minuciosamente.

 De pronto la mano del cadáver que se encontraba yaciendo en una camilla que se encontraba a la derecha de los estudiantes, se elevó sorpresivamente unos centímetros de su posición inicial. Isabel, la única mujer del grupo atisbo con el rabillo de su ojo y observo aquel incidente. No le dio importancia y escudo a su intelecto pensando que fruto del cansancio, veía visiones. Todos seguían trabajando. Un momento dado decidieron suspender la actividad , para sobrellevar el cansancio y comer una vianda que Antonio ofreció a sus amigos.

 De repente y en el momento en que engullían la merienda, se les presenta el movimiento de la mano del cadáver vecino que se eleva sola unos 5 cms de la camilla. El color de los rostros de los bisoños estudiantes cambiaron a una tez blanquecina, los ojos parecían salirse de sus orbitas y gotas frías se deslizaron por sus frentes. Era para ellos una certeza que nadie, excepto ellos estaban en el lugar. La mano frígida y tiesa del muerto volvió a posarse a su lugar primario.

 Isabel alertó;

 – Hace unos minutos vi que pasaba lo mismo y no le di importancia – dijo con la voz entrecortada.

 Eran tres los testigos ahora, y no había razón para dudar .Dejaron de comer y en ese preciso instante , cayo un chorro rojizo por las rendijas de la camilla que sostenía al difunto y sonando como una chorrera en el piso , produjo un sentimiento de espanto en los jóvenes , que azorados y sin tener respuesta a lo que estaba pasando , se pusieron de pie , instintivamente se sostuvieron de las manos y sin pensar en nada, ni darle solución científica y real de lo que veían ,empezaron a correr hacia la puerta de salida, apretujándose llegaron a las escaleras de cerámica que unían uno y otro piso y atolondradamente empezaron a bajarlas . Era de madrugada y las gradas cubiertas de grasa por el andamiaje de otros estudiantes no se distinguían. En esto Mario, el tercer estudiante resbala, con desgracia, y al no poder sostenerse cae horizontal y la parte posterior de su cabeza topa con el reborde de una escalinata y queda sin movimiento. Sus compañeros, al ver la situación se calman del susto inicial y pasan al asombro de ver a su amigo tendido en el entrepiso ,yaciente e inerte. Vuelven tras sus pasos y tratan de reanimarlo, pero él, persiste sin respuesta.

 -llevémoslo a Emergencias suspira Isabel.

 En el edificio continuo funciona el Hospital. A Aceleradamente y sin tomar otras medidas lo acercan a la sala de Urgencias. Ingresan y al paso de media hora, el medico de turno se encuentra con ellos y les indica que su amigo y compañero murió por un Traumatismo craneoencefálico severo. 


 Mientras esto sucedía, en el Anfiteatro un par de muchachos habían terminado de reír a carcajadas por unos minutos. Ellos se encontraban, detrás de un biombo colocado al lado del cadáver y comentaban lo bien que les salió la broma y como armaron la fatídica ceremonia, uniendo un hilo de pesca a la mano del inanimado personaje y otro a una latita con tintura roja , haciendo dos poleas con una tabla en el techo produciendo los movimientos que aterrorizaron a sus pares. 


 La concepción de la vida desde ese día fue muy distinta para Antonio e Isabel, todo cambio y sus derroteros fueron otros 

 jlss

 PD , Este es un cuentito de mi autoría , si se "sacan" un tiempito pueden leerlo Genero : cuento de terror . 

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