lunes, 29 de marzo de 2021

CUENTO FANTASTICO


 NOTA AL PIE :


Les paso un cuento realizado por mi , a ver si les gusta ( genero ; fantastico) :


LOS MIEMBROS SUPERIORES IZQUIERDOS

Jòse Luis Sebastián Salas

 

 

Descendió las gradas despreocupado. Manuel extendió la mano y abrió la puerta. La mañana otoñal se abría a su mirada. Condujo su coche en dirección al trabajo. Ayer fue un día agotador para él y hoy se le presentaba otro, con la intención de cambiar el cansancio por ilusión.

 

Empezó a llover. La gente se cobijaba en los portales, corrían asustadizos. Llego al garaje del edificio donde realizaba su trabajo y rutinariamente ingreso la movilidad. Intento aparcar el auto en un patio sin techo.

 

-Buenos días Don Manuel – saludo el portero – Que lluviecita no?-. Descendió del vehículo agitando levemente su mano en señal de saludo. Advirtió que Luciano, su interlocutor, tenía el saco mojado y carecía del miembro superior izquierdo, sin embargo, sonreía con un semblante amigable. “No entiendo lo que estoy viendo”, pensó. “Cada vez estoy más cansado” se lamentó y trato de justificar esa visión. Dirigió sus pasos al ascensor. La gente transitaba desprevenida, inmersa en sus labores. Volcó su dirección hacia el lugar donde se encontraba una calentadora eléctrica de café y se dispuso a prepararse una taza. Levantó la mirada y ubicó a tres albañiles que realizaban labores de construcción en una terraza. Los observó atentamente, como cuando uno se percata que sucede algo anormal y asombrado se percató que ninguno tenía el miembro superior izquierdo. La lluvia caía pertinaz. La cara de Manuel cambio de aspecto. - “Esto no puede estar pasando”, recapacitó. “Hace media hora el portero y ahora los albañiles”. Traspasó la puerta que daba paso a la terraza y salió rápidamente dirigiéndose donde se encontraban los hombres. Ellos no sintieron su presencia por el incesante machacar de las maquinas. - ¿Por qué no tienen el brazo izquierdo? -les gritó. Los albañiles lo escucharon asombrados, pero automáticamente incursionaron sus ojos a sus brazos izquierdos y notaron con incredulidad, que era verdad. Carecían de sus miembros superiores izquierdos. Estaban mancos. Constataron visualmente que sus colegas de trabajo sufrían lo mismo y sobretodo la presencia de lo inimaginable.  Se inició un griterío. Nadie entendía lo que pasaba. La desesperación causó desencanto y acciones torpes en ellos. Bajaron por la escalera de incendios atolondrados en busca de ayuda, dejando a Manuel impotente y sin respuesta.

Acudió a la oficina del jefe, quien lo espetó –Hombre Manolo, que grata sorpresa, normalmente no vienes por aquí – Está pasando algo extraño – atino a decir Manuel . La gente no tiene brazo izquierdo –Cálmate, creo que esta alucinando – trató de tranquilizarlo. A pesar de la actitud escéptica de Lucas, el jefe, abordaron la calle empapada por la garua. Escudriñaron a los transeúntes. Ninguno tenía brazo izquierdo. Manuel y Lucas no daban crédito lo que pasaba. Sin entender, regresaron a la oficina. Allí los empleados, todos  metidos en sus actividades, no presentaban ninguna anormalidad física. No encontraban respuesta a la incertidumbre.

-Que habrá podido suceder? - preguntó Manuel e intentó entablar una conversación con su jefe, quien no cabía en su asombro. Él no le respondió. Atinaron a encender la televisión que se encontraba en el pasillo para tener alguna información que tranquilizara los ánimos. Esperaban que lo que pasaba seria producto de sus imaginaciones. Pero no; ¡Era noticia!, Se mostraban en imágenes personas en la vía mojada. Todas no portaban el miembro superior izquierdo. Aparecían ante ellos una ciudad de mancos.  Ello causo una psicosis masiva y la gente se tomaba de los pelos con su mano derecha y no daba crédito a lo que veía.

Manuel observó de reojo a su jefe tratando de percatarse que contaba con el brazo izquierdo. Luego hizo lo propio con su propio miembro superior izquierdo. Lo mismo hizo Lucas.  Los dos resoplaron de alivio . Si conservaban sus extremidades superiores izquierdas. La angustia de lo desconocido abrumaba su pensamiento.” Como estará mi esposa, mis hijos” suspiro Manuel. Que desazón. Nuevamente desorientados salieron a la calle, la lluvia no paraba. Automáticamente desaparecieron sus brazos izquierdos. Comprendieron y relacionaron la lluvia con el fenómeno.  Ingresaron al edificio. Corrieron al baño y con una secadora prestada por una secretaria, pasaron el aire caliente por la zona de sus brazos fantasmas y asombrados vieron que aparecían nuevamente.

 

Por una extraña razón, confluyeron que el agua de la lluvia causaba la desaparición de los miembros superiores izquierdos. Aliviados porque llegaron a una conclusión y que, sobretodo tenia solución, se despidieron.

Por la noche, Manolo arribo a su casa. Saludo a su familia, quienes no sufrían algo anormal en sus brazos, los cuales fueron palpados por Manolo. Ellos permanecían impávidos ante la actitud de su padre y esposo. Sonrieron y no dieron importancia al hecho. Pretendió que no hubo ocurrido nada de lo que paso en ese día y trato de acelerar el tiempo para terminar con esta insólita jornada.  Tomó un tranquilizante. Se duchó. Seco completamente su cuerpo. Cenó. Observó el noticioso. Todo parecía normal. Se introdujo en la cama, entró en calor, se restregó y se palpó el cuerpo con su mano derecha. Se percató que carecía del miembro superior izquierdo.

 

joseconacentoenlao


jlss

 


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