miércoles, 8 de septiembre de 2021

DOMITILA : SI, TE PERMITIMOS HABLAR


 NOTA AL PIE : 


Aquí va un relato , cuya consigna es investigar a un personaje y  mostrarlo.

Esperaría comentarios , que me harian muy feliz , feedback , que se llama ahora .....


jlss


DOMITILA : SI , LE PERMITIMOS HABLAR

Jòse Luis Sebastián Salas

 

-La llamaremos Domitila-dijo mi padre cuando me viò en brazos de la partera ,allá en Catavi, cerca del distrito minero Siglo XX .Era un siete de mayo del 37 . Yo lloraba por estimulo; siempre llore.

-No te olvides Domi – sentencio mi madre- cocinas el arrocito, fríes los huevitos y les das a tus hermanos a medio día . Yo solo contaba con 10 años y esos afanes los realizaba frecuentemente. Mi mama era palliri. Salía de los dos cuartos donde vivíamos, a muy tempranas horas , con un frio atroz que calcinaba la piel ,  a recolectar minerales que desechaban los mineros dentro de la mina. A mi padre no lo veíamos casi nunca. Era perforador ,y se encontraba dentro del cerro , en las entrañas del mismo, con escaso aire y sin ventilación . Él llegaba en distintas horas a nuestra casa -de no menos que 20 mts2 , en la que vivíamos ,todos: los 6 hermanos y mis papas. Comía y enseguida dormía , exhausto por la jornada laborar.

Mi hermano y yo nos turnábamos para colectar agua de la pila municipal, al final de la calle de tierra y polvo. El agua la usábamos para cocinar, bañarnos y beberla.

Angustiantes eran los días en que llovía. Dentro de nuestra casucha, veíamos caer goterones que salpicaban en el piso de cemento y embarraban las tres camas en las que dormíamos todos apretados.  – “porque nos tocaría vivir esto a mí y mi familia” – pensaba cuando amainaba la tormenta. “no hacemos mal a nadie, pero no existen personas que nos ayuden”.

-Acèpto- replique al cura de la parroquia del pueblo, cuando me pregunto que si quería casarme con Rene Chungara . Era un buen hombre, “le di” ( como se decía en aquel entonces) 11 hijos, cuatro de los cuales fallecieron por falta de condiciones y de salubridad . Padecieron enfermedades curables, pero al no tener nosotros ningún seguro médico ni medicamentos , presentaron  pulmonía o diarrea , se deshidrataron y murieron. Yo lloraba, desgarradamente. Los engendraba, los tenia conmigo por 9 meses, bebiendo de mi sangre y de mis sentimientos. Los paria y luego de algunos años (tres o cuatro) fallecían ante nosotros. – Que impotencia Dios mio-

- “Ahí tiene , de pollo , de carne , calientitas”gritaba a los que viandantes  que pasaban por la plaza principal de Siglo XX . Mi oficio era vender salteñas; las horneaba desde las cuatro de la mañana, todos los días de Dios.

 Sentía en mí una rebelión interna, me  la había ensañado mi padre , quien no se contentó nunca con la explotación que sufría, él y sus compañeros mineros . No entendió nunca que ,luego de dejar sus pulmones  , trozo por trozo en charcos de sangre , eran tan poco pagados  por la empresa. La expectativa de vida para ellos era de 35 años , ya que luego de permanecer horas y horas en las entrañas de la mina , morían de Silicosis , dejando en la orfandad y en la viudez a los miembros de su familia.

Cuando tuve 30 años, con el ánimo de responder a la injusticia me inscribí  a una asociación del pueblo : el Comité de amas de Casa del distrito minero Siglo XX. Tal era mi ambición por conseguir mejoras para mis compañeras y para mi familia, que a los pocos meses yo era la Secretaria General del Comité.

-Servite un Sucumbe – ofrecí a mi vecina , mientras observábamos la noche estrellada en el día de San Juan .El motivo es propicio para juntarnos entre familias ; realizar hogueras y quemar maderas y objetos inservibles , con la esperanza,- según nuestras costumbres- , de olvidarse de lo malo y esperanzarse en un buen devenir. Estábamos en ello , y la oscuridad se abrió a estallidos de bombas . El sonido del chirriar de las fogatas no eran nada ante el silbeteo de las  balas que surcaban las calles y terminaban inertes en las paredes ; algunas en las humanidades de nuestros compañeros mineros , familiares e incluso niños. Una veintena de muertos y 70 heridos fue el saldo de esa noche trágica. Rene Barrientos, Presidente de Bolivia aquel 24 de Junio de 1967 , ante una sospecha infundada que en los campamentos mineros se gestaba una guerrilla parecida a la que en ese momento realizaba el Che Guevara en Ñancahuasu , dictó la orden y grupos de militares ingresaron a masacrar a los mineros, tratando de acallar alguna rebelión.

-Llévensela- ordenó el teniente a un par de soldados que no entendían nada; solo obedecían. Y fui apresada, simplemente porque alguien indico que era la Secretaria del Comité de amas de casa y por ende una amenaza, seguramente para el Gobierno. Me llevaron a una celda en la ciudad de La Paz. Estaba embarazada. – Yo no hice nada- gritaba, mientras me propinaban culetazos en mi abdomen-Que quieren que les diga, si solo soy una mujer que vive en el distrito minero- y venga nuevamente un golpe en mi rostro . – Comunista de mierda! - gritaban a tiempo de patearme. Esa noche, la pase seminconsciente , echada en un piso helado de cerámica. Cuando logre despertarme, sentí algo frio entre mis piernas , sin dolor , palpe algo gomoso , fui acercándolo hacia mí ; era el cordón umbilical que terminaba en un bebe , mi bebe , mi hijo ; muerto.

-Tiene la palabra, la compañera- dijo el dirigente de la asamblea de la federación de mineros . Me levante ante los ojos de una gran cantidad de compañeros varones. No estaba sola, era yo  y mis  ideas  . Mirándolos a los ojos de los que pude pregunte :

: “¿Cuál es nuestro peor enemigo, compañeros? “Unos respondieron “el capitalismo”; otros “los patrones de la mina ”; algunos dijeron “la burguesía” o “el imperialismo”. Yo me  respondí sin bajar  mirada, con voz fuerte : “No, compañeros, nuestro peor enemigo es el miedo, y lo tenemos dentro”. Ese momento fue para mí un inicio. Allí me di cuenta que se tenía que luchar , no con armas como pretendían algunos : solo con ideas y con el corazón desgarrado de injusticia.

-Tenemos que entrar en huelga de hambre, padre Lucho –le dije mirando a los ojos del sacerdote español de la Compañía de Jesús,- lo haremos – me dijo, estamos aquí para gastar la vida . Junto a tres compañeras mineras, en las instalaciones del Periódico “Presencia” iniciamos el ayuno voluntario, con el único interés: darle amnistía a los exiliados políticos que en ese entonces el gobierno de un dictador, llamado General Banzer los tenia sufriendo en el exterior del país, sin compartir con su familia, sin empleo , sin ilusión .  Era el año 1978 –¿Qué crees?- me dijo el padre Albo ( amigo en la huelga de hambre ) – son 1500 personas que se sumaron a nuestra medina, en todo el país . Están cansados , que no se los oiga y por la falta de justicia. No lo podía creer , pero era así . Con el paso de los meses, Banzer renunció y se dieron un grupo de gobiernos que recalaron en la Democracia del país. Me presente a las elecciones como candidata a la vicepresidencia

-Eres muy conocida Domitila- me indicó un periodista – te han propuesto para el premio Nobel de la Paz .Mi conocimiento cultural , no alcanzaba a entender que era aquello . Vino a mí una imagen ,cuando siendo niña , mi padre me balanceaba en un columpio y veía el cielo celeste , cerca de mis gastados y raidos  calzados , cada vez que se elevaba mi cuerpo.

-Si me permiten hablar – dije en una conferencia de señoras y señores muy elegantes. Soy Domitilia Barrios de Chungara , una humilde hija de mineros , que aprendió que donde quiera que estés puedes llevar tu voz , liderizando, teniendo la razón como tu arma .

- Me siento muy débil, luego de la quimioterapia – Mis hijos insisten en dármela, pero yo solo quiero encontrarme conmigo misma en otra dimensión. Me fui.

 

joseconacentoenlao

 

 

 


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